Quién ríe al último: Stand-up o la nueva comedia en los Golden Globes


Angélica Quiñonez_ Perfil Casi literal 2Así que este 7 de enero, durante la octogésima primera edición de los Golden Globes o Globos de Oro, se entregó el primer galardón de esta nueva categoría creada por la Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood (HFPA, en inglés): «Mejor especial de comedia de stand-up en televisión». Y como la única autora de (Casi) literal con presunta autoridad para entrar en este pleito, ha llegado mi momento para gritar al vacío.

La comedia es una tarea complicada. Ineludiblemente, es el género discursivo que con mayor rapidez y menor misericordia pierde su relevancia. La gracia está sujeta al contexto, el idioma, la temporalidad y hasta las condiciones sociales de género, clase, etnicidad y hasta capacidad del autor y su audiencia. El mismo presentador de la noche, el comediante Jo Koy, prácticamente destruyó su carrera con un monólogo que se sintió tan fresco como una cerveza rancia y recalentada. Muchos usuarios (y algunos periodistas) comentaron que sus bromas fueron ofensivas y desubicadas. Acaso fue ese el ominoso indicador de lo que implica este nuevo galardón.

En esta primera edición estaba nominada una selección bastante diversa: Chris Rock (Selective Outrage); Trevor Noah (Where Was I); Amy Schumer (Emergency Contact); Sarah Silverman (Someone You Love); Wanda Sykes (Im An Entertainer) y el ganador, Ricky Gervais (Armageddon). Ahí tenemos a comediantes LGBT, negros, mujeres, jóvenes, veteranos y extranjeros. Con excepción del de Silverman, todos estos especiales fueron producidos por Netflix.

Y desde luego, la adición de un premio para comedia de stand-up en uno de los mayores eventos de la industria del entretenimiento no vino sin sus bemoles.

Para empezar, dado que ningún servicio de streaming revela sus estadísticas de visualización, jamás sabremos quién fue el comediante de stand-up más visto. Sin embargo, una breve búsqueda en IMDB revela que Rock y Gervais tienen la mayor cantidad de reseñas y calificaciones, aun si sus contrincantes tienen mejores puntuaciones (en este caso, gana Wanda Sykes y la perdedora es Amy Schumer).

No obstante, todas estas calificaciones son subjetivas y jamás tendremos un estándar para declarar que un chiste es mejor o peor que otro, más que por la reacción de la audiencia. Al final del día, la votación depende de la preferencia de los votantes en la Asociación, y tampoco es posible determinar si eligieron con base en su experiencia como espectadores o por la mera popularidad de un artista.

Luego, Rock y Gervais incomodaron a muchas personas con sus bromas sobre la cultura woke. Para las audiencias más jóvenes, sus bromas sobre homosexualidad, enfermedad terminal, discapacidad y sexismo provocaron suficiente ira para incendiar X y hasta se creó la petición online para eliminar el especial ganador de Gervais. Entiendo que la generación Z es más vocal sobre el tipo de entretenimiento que favorece, pero al final del día se trata del típico señalamiento virtuoso que nos encanta en redes sociales. La era de mayor libertad de información en la historia es también la era de mayor censura para artistas y espectadores. Pero lo que elude a muchas personas quejándose en Internet es el verdadero objetivo que tienen los Golden Globes este año tras las huelgas de escritores y actores de Hollywood. A mediados de 2023, la HFPA fue relanzada como una entidad lucrativa. Eso quiere decir que no tienen un solo compromiso filantrópico con la divulgación del arte televisivo y cinematográfico, sino que sus miembros son ahora empleados asalariados con la tarea de generar y divulgar contenido vendible. Y nada es más beneficioso para las vistas y ventas que los escándalos en redes sociales.

Los artistas de stand-up siempre serán ellos mismos. Gervais no va a levantarse mañana con un especial sobre comedia dulce en apoyo a las minorías porque su audiencia, como él, es la de los boomers enojados. Y eso está bien. Sus espectáculos siguen llenándose y absolutamente nadie puede decir que la sociedad se fracturó irreparablemente porque nos reímos de su chiste sobre el bebé con SIDA. Los espectadores también seremos nosotros mismos y seguiremos consumiendo lo que nos gusta y acomoda, sin importar lo nocivos que sean los cigarros, el licor y la comedia ofensiva.

Así que si el objetivo es propiciar un ámbito creativo de equidad, calidad y desarrollo artístico libre de ofensa y controversia, sugiero que cierren sus ridículas peticiones de cancelación y mejor abran un fondo de ahorro.

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