El ferrocarril subterráneo y las entrañas de la humanidad


Alejandro García_ Perfil Casi literalIf you want to see what this nation is all about, you have to ride the rails. Look outside as you speed through, and you’ll find the true face of America.It was a joke, then, from the start. There was only darkness outside the windows on her journeys, and only ever would be darkness.

En su novela El ferrocarril subterráneo, Colson Whitehead narra el viaje hacia la libertad de su protagonista Cora, esclava de una plantación de algodón en Georgia que huye utilizando el sistema de ferrocarriles subterráneos que construyeron abolicionistas afroamericanos y blancos para permitirles a los esclavos escapar de los horrores del sur de Estados Unidos hacia los estados del norte del país. Sin embargo, a través del libro, su autor deja claro que el ferrocarril es más que un hecho histórico, más bien una metáfora sobre la oscuridad que envuelve a sus protagonistas, un relato sobre la esperanza y la delgada línea bajo la cual esta suele balancearse.

La prosa precisa y trepidante de Whitehead logra sumergir al lector dentro de las atrocidades históricas de Estados Unidos a través de detalles devastadores que ponen de manifiesto el costo de la esclavitud, sin embargo, uno de los grandes méritos que posee la novela consiste en encontrar el balance de situaciones terribles utilizando un estilo narrativo directo ―y por momentos poético― que permite al lector no sentirse abrumado por los detalles descritos, y al mismo tiempo, mantener la tensión necesaria para lograr captar la atención de una historia que logra extenderse más allá del momento histórico que describe y estirarse casi doscientos años hasta alcanzar la actualidad de aquel país en el que aun persisten diferencias culturales y raciales destacables.

A través de los paisajes de Georgia, Carolina del Sur, Carolina del Norte, Tennessee e Indiana, Colson Whitehead impregna su relato con un sentido de urgencia y humanismo, explorando la condición humana en sus facetas más bajas y crueles pero al mismo tiempo conviviendo con la esperanza como elemento recurrente, no solo de su protagonista, sino de una cadena de generaciones que buscan una justicia histórica. Por esa razón no es mera coincidencia que este libro ganador del Pulitzer haya sido traducido a 35 idiomas y logre encontrar eco en distintas culturas a través del mundo, ya que en el fondo relata los mismos problemas y virtudes que cargamos como humanidad; es decir, Whitehead logra refrescar y ampliar nuestra visión de mundo a través de líneas que encapsulan no solo parte de la historia de su país sino parte de lo que nos hace humanos: miedo, dolor, esperanza, odio y empatía. Whitehead, sin duda, nos deja con uno de los mejores libros de los últimos años.

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