La cancelación de Isa Roldán (travesuras de la niña mala)


Angélica Quiñonez_ Perfil Casi literal 2Hace bastante tiempo escribí un artículo sobre la (en ese entonces naciente) cultura de influencers. Más de alguna persona en mis círculos de trabajo publicitario se tomó a ofensa mi conclusión: la moneda del influencer es la envidia. Me dijeron que yo no entiendo la experiencia del contenido y la relación única de un vocero amigable entre el comercio y el consumidor; un esfuerzo que humaniza a las marcas y les permite «conectar». Cinco años después de aquel artículo me alegra confirmar que yo tenía la razón.

En estos últimos cinco años, TikTok se ha convertido en la red más popular entre la demográfica digital más dominante: la generación Z que ha decretado su humor incoherente y ha diversificado el rol de la celebridad. Los influencers de los nuevos 20’s no solo son mercaderes de la envidia, sino testaferros de la misma.

Pero volvamos a la protagonista epónima de este artículo. Esta semana surgió una investigación del medio No ficción sobre un escándalo de compras gubernamentales en Guatemala. La trama raya en la inverosimilitud de las peores películas de Adam Sandler. A través de un grupo de fingidos empresarios —todos miembros del equipo nacional de softbol—, la Secretaría de Obras Sociales de la Esposa del Presidente (SOSEP) gastó 82 millones de quetzales (o sea, US $10,483,093.20 al día de hoy, para quienes me leen fuera de Guatemala) en compras directas. Es decir, gastó cinco veces el presupuesto de compras en años anteriores durante una administración que no tiene una legítima Primera Dama.

La SOSEP, fundada en 1994, surgió como una organización en pro de los niños, las madres y los ancianos en condiciones precarias. La mayoría de sus compras consisten en alimentos de la canasta básica para los hogares comunitarios y asilos: arroz, maíz, frijol y cualquier otro alimento que pueda prepararse en abundancia y con fundamento nutricional. Sin embargo, este 2023 se registraron compras directas de frituras, galletas, refrescos azucarados y gelatinas; muchos de estos productos se compraron al doble de su valor de mercado y de más está señalar la aritmética de cuántas personas pueden alimentarse con 500 gramos de arroz versus 500 gramos de nachos.

Pero uno de estos brillantes jóvenes emprendedores y astros del bate, Juan Sebastián Ramos Pezzarossi, destaca por haber obtenido contratos de Q4.3 millones entre agosto y noviembre de este año. Su pareja, Isabel Roldán, es una conocida influencer y modelo en Guatemala; y ha detonado una importante conversación sobre la gentuza los individuos que decidimos volver famosos en este país.

A juzgar por sus cuentas de TikTok e Instagram, Isa Roldan pasa sus días recibiendo tratamientos de belleza, posando con ropa de diseñador y grabando contenidos de marcas que obviamente no consume (tip: nadie se come el pollo frito con una mano y presumiendo el manicure). Cuando no está enseñando el trasero para subir su engagement, pueden encontrarla generando contenido «importante», como esa vez que se pintó el rostro con maquillaje europeo para simular una golpiza (Gracias, Isa: ninguna mujer fue golpeada gracias a esa publicación estúpida).

Isa Roldán, cuyas cuentas están clasificadas como «blog personal», pertenece a la categoría de influencers de lifestyle o «estilo de vida». Básicamente, su atractivo comercial consiste en la manera en que simula un estilo de vida aspiracional (y comprable) para los miles de seguidores que halagan sus selfies y sesiones de fotos. Isa también ofrece consejos para vivir con «buena salud», «comida», «humor» y «autoestima», especialmente para madres jóvenes.

Pero de cara a esta interesante revelación sobre sus ingresos familiares, muchos usuarios alzaron la voz (y los insultos) para denunciar el acomodado estilo de vida de la influencer. Isa Roldán posa con ropa fina de maternidad en una abarrotería de gasolinera mientras el 79.3% de madres guatemaltecas (aquellas que dependen muchas veces de los servicios de la SOSEP) viven debajo de la línea de pobreza. Los desatinados comentarios de Isa sobre cómo los bloqueos y protestas políticas «causan» la desnutrición infantil también fueron tan agradables como una cachetada con la mano sucia de lo que mejor o peor se imaginen.

Por supuesto, de cara a los cada vez más venenosos insultos tuvo que surgir la esperable defensa «feminista»: una periodista incluso aseveró que Isa «no tiene la culpa de nada» y que estos ataques se deben a la misoginia. O sea, se sumaron los coros de las ternuras radicales y sororidades preguntando por qué las mujeres son las que atacan a otras mujeres.

Francamente, esta defensa es tan inválida como pueril. Ni el género, ni el sexo, ni la orientación, ni la etnicidad, ni la religión eximen a las personas de su peor naturaleza.

Pero hagamos de cuenta que le daremos el beneficio de la duda a Isa porque, como dice la periodista, «acaba de tener un bebé, conoció a su novio hace casi que un año y es muy joven», pero resulta que Isa también tiene más de 25 años, que es la edad en que el 23% de mujeres guatemaltecas ya son madres (48% lo hacen entre los 15 y los 24). Juan Sebastián Ramos es el padre de su hijo. Claramente viven en la opulencia con viajes internacionales y productos de lujo. Difícilmente podría justificarse que ella esté en precariedad y aun así no se ha pronunciado por los miles de niños y ancianos que ahora pasan hambre en las instituciones públicas para que ella pueda comprarse otro bolso Gucci.

Solo existen dos escenarios plausibles: o Isa peca de ignorante y no conoce las actividades de su novio; o Isa Roldán peca de avara y prefiere hacerse de la vista gorda desde la comodidad de la suite presidencial. En ambos casos es totalmente válido cuestionar qué es tan valioso, admirable o envidiable del estilo de vida que ella vende. A lo mejor solo es estúpida, pero a lo peor es genuinamente cruel; y ningún filtro de Instagram puede disimular ni una ni la otra.

[Foto de portada de Tara Winstead].

Ver todas las publicaciones de Angélica Quiñonez en (Casi) literal

¿Cuánto te gustó este artículo?

Califícalo.

4.6 / 5. 71


1 Respuesta a "La cancelación de Isa Roldán (travesuras de la niña mala)"

  1. Camila dice:

    Leo la nota, y leo mentiras, pues yo como seguidora de Isa.Roldan antes de embarazarse, antes de andar con el chico ella ya tenia su salón, su página de tablas y quesos, modelo de vestidos de novia, imagen de perfumes y se nota que es de familia de dinero, o el ser rubia. blanca y tener finca con caballos no es una señal, que mal que digan que ella muestra el trasero en sus fotos, porque muy lejos de eso, yo no soy ni amiga de ella, ni conocida ni sabe que yo existo, soy seguidora y ese articulo describe otro mundo, si el chico está metido en algo es muy aparte, pero que mal que sea mujer y hable como vieja envidiosa de las actividades, pasatiempos de otra mujer, solo porque se cree con el derecho y pues ojala la critiquen a usted, y la describan como amargada, vieja y envidiosa. pd. ella tiene 24 años, mucho más joven que usted.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

desplazarse a la parte superior