Hace unos días tuve la oportunidad de reencontrarme con Terry Pratchett (1948-2015), prolífico autor británico de fantasía y ciencia ficción. Algunos dicen que es irreverente, pero esa palabra es suave, ambigua y aburridamente religiosa para describirlo. A Pratchett lo percibo agridulce, satírico, con un sentido del humor negro, elegante e inteligente. Ácido y preciso.
El primer acercamiento que tuve con Pratchett fue con la novela coescrita con Neil Gaiman (1960), otro autor británico de historietas y género fantástico: Buenos presagios. Las buenas y ajustadas profecías de Agnes la Chalada (Good Omens: The Nice and Accurate Prophecies of Agnes Nutter, Witch). Una historia fantástica y cómica, con profecías, ángeles, demonios, brujas, cazadores de brujas, adolescentes… ah, y un Anticristo con su respectivo Apocalipsis. Y no se confundan: es una historia para adultos y sus contradicciones. Una novela que «conjura una sátira deliciosa sobre el fin del mundo», como lo dice Jesús Delgado.
Lo más reciente que leí de Pratchett fueron dos cuentos breves —con el tiempo el cuento se va convirtiendo en mi género predilecto, por tiempo y diversidad—: «Teatro de crueldad», que forma parte del universo de Mundodisco* y «Muerte y lo que viene después». Son dos historias encantadoras, crueles y justas, como la vida misma, donde Muerte es un personaje/hecho efectivo y preciso.
En esas dos historias fantásticas hay más verdades que en la supuesta normalidad perdida y la «nueva normalidad» con la que nos adoctrinan en estos días. Frases como estas: «El municipio que mejor se porte, que menos contaminación tenga, el premio va ser que van a tener cada día más apertura esos municipios. No tenemos que cerrar todo el país a no ser que fuera estrictamente necesario», del presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, respecto del COVID-19. Aparte de una lógica gramatical extraviada, trata a la población como estúpida y sugiere que esta pandemia mundial se trata de portarse bien.
Nuestro teatro de la crueldad nacional es mucho más brutal cuando un presidente —paternalista y nada objetivo ni responsable con el trato a las más de mil muertes por COVID-19 que se reportarán cuando este artículo se publique— puede simplemente afirmar que ya es hora de comprender: «Solo tenemos dos caminos, o nos da o nos salvamos que nos dé».
¿A ustedes no les hace ruido ese concepto de nueva normalidad? ¿Cómo era la normalidad perdida y añorada? ¿No era tan cruda, cruel y salvaje para todo el mundo que camina y hace lo posible por la supervivencia diaria? ¿La nueva normalidad es solo la mascarilla y el mal expresado distanciamiento social? ¡Es distanciamiento físico! Porque el social es lo que nos ha llevado a la destrucción ambiental, a la explotación laboral, al hambre, a la violencia, al abismo que ya se ha tragado a miles de personas a las que Muerte ha dicho: «Yo te veo…».
*Mundodisco (Discworld) es una saga de novelas escrita por Terry Pratchett. Los hechos transcurren en el Mundodisco, un mundo plano sostenido por cuatro elefantes que, a su vez, se apoyan en el caparazón de Gran A’Tuin, la tortuga estelar.
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