“Escribir es esencialmente un proceso”


Noe Vásquez Reyna_ perfil Casi literalNo tenía idea de la cantidad de puertas que
puede abrir el simple acto de escribir.

Stephen King

Recuerdo que cuando cursaba el primer grado de primaria —las cosas que te marcan no cuentan los años— la maestra me ponía de ejemplo frente a las niñas y niños del aula por mantenerme callada como una tumba. Yo era un pisapapeles de 6 años que no había cursado la preprimaria y a quien le costó adaptase a la escuela. La evidencia científica ha demostrado que en la etapa temprana del aprendizaje de los niños, que empieza desde que nace hasta aproximadamente el tercer grado, ellos deben, sobre todo, estimular el lenguaje oral para aprender a comunicarse porque eso es lo natural. Lo antinatural, como lo dijo Matilda, es estar en silencio.

Del 20 al 22 de agosto se celebró en la ciudad de Guatemala la Conferencia Nacional de Escritura, promovida por el Ministerio de Educación y organizada por un equipo de especialistas en lectoescritura inicial, lenguaje y educación. «Tuvimos cerca de 350 participantes que fueron elegidos entre 650 aplicaciones. Un evento que se organizó con mucho interés de hacer que los docentes apoyen en el proceso de la enseñanza de la escritura», detalló Ana Luisa Alveño, de la comisión organizadora.

Este evento reunió a exponentes nacionales e internacionales con currículos amplios de especialización en varias ramas que se están trabajando en Centroamérica y El Caribe para mejorar los procesos de enseñanza-aprendizaje con el fortalecimiento de la formación docente. También fueron invitados escritores y expertos que apoyaron para decirles a las personas participantes que para aprender a escribir se necesita escribir y expresar por medio de palabras lo que se siente y lo que se piensa. Entre los asistentes se contaban maestros de aula, directores y coordinadores pedagógicos.

«El propósito de la conferencia era difundir la idea de que enseñar escritura y aprender escritura es importante, y que los maestros deben conocer la metodología apropiada para hacerlo y dedicar un tiempo en clase para enseñar escritura», expresó Raquel Montenegro, también de la comisión organizadora.

Durante los tres días se desarrollaron cuatro conferencias plenarias, un panel, un conversatorio y simultáneamente 25 talleres diferentes que requirieron una asignación previa para participar en ellos, así como encuentros con escritores nacionales. Las personas participantes escogieron entre temas como Desarrollo de la coherencia léxica en la producción de textos narrativos, Legibilidad y fluidez de escritura a mano o La historieta en el aula: cómo llevar la literatura del siglo XXI a la práctica o Investigación de la enseñanza-aprendizaje de la escritura en Centroamérica y República Dominicana.

Aprender a leer y escribir es un proceso continuo en el individuo que implica haber desarrollado destrezas y habilidades previas para conseguir procesos cognitivos más complejos como comprender, pensar, expresar las ideas y producir textos, lo cual involucra el vocabulario, por supuesto, pero también la autoestima, una instrucción intencionada de quien enseña y la práctica de quien aprende.

«Escribir tiene que ver con tener ideas. La escritura está relacionada con una forma de pensar y las formas de pensar para el niño están relacionadas dentro de submundos. El niño existe en múltiples mundos. Tiene su mundo familiar, el de sus compañeros y también tiene el mundo artificial del aula y de la escuela. Dentro de todos estos espacios, así como nosotros nos manifestamos en nuestros múltiples mundos, así también el niño busca posicionarse en el mundo social, y la escritura puede fungir como un aspecto de posición social. Y el niño lo hace con mucho interés porque no es solo el hecho de realizar el acto escrito para satisfacer al docente, sino también para posicionarse frente a sus compañeros a nivel primario como universitario», expuso Porfirio Loeza durante la conferencia.

Loeza aseguró que la escritura también está relacionada con contextos donde la oralidad existe: «El peor pecado en cualquier aula, particularmente de primaria, es el silencio».

Estas actividades dan un respiro entre los brumosos panoramas de desarrollo en contextos precarios y desiguales como el nuestro. La Conferencia Nacional de Escritura me dejó la sensación de que sí se están dando pasos para enfocarse en los niños y niñas, de que sí se pueden hacer cambios desde el aula para que ellos sí hablen, sí puedan aprender y expresarse en sus idiomas maternos, sí puedan organizar ideas, sí se enamoren de las historias, sí lean y sí puedan ser potenciales narradores o poetas. O simplemente ciudadanos con más oportunidades de ser felices.

Algo que he aprendido en el último año es que todos los procesos son largos, pero definitivamente generan cambios.

¿Quién es Noe Vásquez Reyna?

¿Cuánto te gustó este artículo?

Califícalo.

0 / 5. 0


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

desplazarse a la parte superior